El actor Joel Edgerton debuta en la dirección con El regalo, película de intriga que también escribe y que fue condecorada en Sitges. En un año en el que triunfó La invitación de nuevo nos hallamos con una propuesta de suspense y terror psicológico sustentada en el miedo al extraño y en la ocupación ajena del medioambiente hogareño. Y cierto es que nos hallamos de nuevo ante un ejercicio de tensión competente para lo que puede esperarse de una ópera prima. La tensión se logra, y la trama entretiene. Pero la resolución del misterio inicial se torna tramposa e incluso pueril en muchos momentos, y aunque maneja una idea argumental conceptualmente interesante es retratada de una manera obvia y no satisface la tensión del inicio del metraje de la mejor de las maneras.
Simon y Robyn, joven pareja estadounidense de emprendedores, se mudan a una casa nueva, dónde reciben constantes visitas y regalos de un extravagante desconocido; Gordo, un amigo de la infancia de Simon. Su insistencia en ser su amigo y asistente y su continuo entrometimiento en el hogar de esta pareja crean un clima incómodo, en el que ambos enamorados deberán lidiar con este inquietante villano. Pero pronto averiguaremos que las cosas no son lo que aparentan, siendo estos sucesos vandálicos las consecuencias directas de un pasado incierto aún lacerante. Premisa genérica pero eficaz que abre muchas posibilidades narrativas y que ofrece los cimientos para la edificación de un buen ejercicio de tensión narrativa que, esta vez sí, ofrece al espectador recompensa argumental. Sus personajes están bien interpretados, y a pesar de sus reducidas dimensiones, la realización del filme es elegante y concisa. Y el drama por el que ellos pasan es sin duda inesperado e interesante, pero su desarrollo presenta algunos problemas.
El giro argumental que sufre la película durante la mitad de su metraje pilla al espectador desprevenido, y su cambio del rol del villano es original, pero algo simplón en su planteamiento y bobo en su ejecución para la tensión planteada. Una vez desvelado el secreto, la escenificación de los nuevos matices de personalidad de uno de los personajes, y de como esta revelación afecta al otro, que descubre que aquella persona que cree conocer es un desconocido (siendo esta idea, la de que el desconocido que invade tu vida es otro, es sin duda muy rica), es obvia por momentos y su manejo da lugar a escenas de morbo barato y tragedia algo forzada. Con todo, la conclusión del filme es portentosa.
El regalo carece de una personalidad artística propia que la aleje de la convencionalidad genérica, y su desarrollo argumental presenta no pocos problemas, careciendo en general de verosimilitud, pero no nubla el hecho de que es una película interesante y que ofrece interesantes reflexiones sobre la confianza hacia nuestros cercanos. 7/10
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